jueves, 27 de abril de 2017

Coronilla de la divina misericordia

El domingo pasado, Domingo de la Octava de Pascua, fue el Domingo de la Divina Misericordia. Es una fiesta reciente: es parte de la liturgia oficial de la Iglesia Católica desde el año 2000. Esta fiesta viene de las revelaciones de Jesucristo a la monja polaca santa María Faustina Kowalska, que murió en 1938 y fue canonizada el 30 de abril del 2000. Sta. Faustina es conocida como la apóstol de la misericordia.

Esta santa tenía conversaciones frecuentes con Jesucristo y escribió todo en su Diario. Una de las entradas del diario describe como Jesucristo le comunicó que en el segundo domingo de Pascua tendría misericordia absoluta: todo aquel que se confesara y comulgara tendría la remisión completa de culpas y castigos. Esto es más que una indulgencia plenaria, que sólo perdona los castigos.

En otra de sus conversaciones Jesús le encomendó que rezara la coronilla de la divina misericordia. Le explicó cómo debía rezarse. Según escribió en su diario, Jesús le dijo:
«Rezarás la coronilla durante nueve días con un rosario normal, de la manera siguiente: primero rezarás el padrenuestro, el avemaría y el credo. Después, en todas las cuentas del padrenuestro dirás las siguientes palabras:
Eterno Padre te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo y Señor nuestro Jesucristo, en expiación por nuestros pecados y los del mundo entero.
En las cuentas del avemaría, rezarás las siguientes palabras:
Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. 
Finalmente [tras las cinco decenas] rezarás tres veces estas palabras:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. »
 Jesús prometió que «Quien quiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá gracias de mi misericordia infinita.» Y también que «Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como Juez justo, sino como Salvador misericordioso.»

Últimamente he tenido varios muertos en mi familia y entre mis amigos. El tener una oración concreta que rezar por su alma es muy reconfortante.


(Añadido el 26 de junio de 2018)

Si se quiere rezar en latín:

Debe rezarse primero el Pater noster, el Ave Maria y el Credo. Después en las cuentas del Padre Nuestro:
Pater aeterne, offero tibi Corpus et Sanguinem, animam et divinitatem dilectissimi Filii Tui, Domini nostri, Iesu Christi, in propitatione pro peccatis nostris et totius mundi
En las cuentas del Ave María:
Pro dolorosa Eius passione, miserere nobis et totius mundi 
Tras las cinco decenas, hay que recitar tres veces
Sanctus Deus, Sanctus Fortis, Sanctus Immortalis, miserere nobis et totius mundi.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario