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miércoles, 11 de marzo de 2020

Vía crucis cantado

Estamos en cuaresma, un buen momento para rezar el Via Crucis, sobre todo los viernes. A menudo se introducen cantos para pasar de una estación a otra, por ejemplo el Stabat Mater. Pero también existen versiones cantadas de las estaciones.

Una versión cantada muy bonita es una catalana, Per vostra Passió Sagrada, con texto de Lluís Mª de Valls con música de Lluís Millet. Es muy popular en Cataluña y también en Mallorca. La letra se ha traducido al castellano. Abajo tenéis las versiones en ambos idiomas. También he añadido un video con el canto en catalán, para que la podáis escuchar y aprender.

Este canto permite cantar todo el vía crucis o, si se quiere,  añadir un Padre Nuestro y un Ave María tras la estrofa de cada estación.

Espero que esto os ayude a rezar el Vía crucis en este tiempo cuaresmal. Recordad que rezar el Vía crucis trae aparejada indulgencia plenaria.

Por vuestra Pasión Sagrada
Texto: Lluís Mª de Valls;  música: Lluís Millet

Por vuestra Pasión Sagrada
¡Oh adorable Redentor!
Salvad el alma penada
de este pobre pecador.

(I) Jesús víctima escogida
es condenado a morir;
para darme eterna vida
quiere tal suerte sufrir.

Por vuestra…

(II) Con el leño tan pesado
va Jesús con tierno amor
en sus hombros colocado
es por mí, vil pecador.

(III) Mi Jesús por vez primera
rendido en tierra cayó;
haré su cruz más ligera
si a sus pies me postro yo.

(IV) En la calle de amargura
a su Madre Jesús ve,
de semejante tortura
mi maldad la causa fue.

(V) Obligado el Cireneo
presta ayuda al Redentor.
Yo llevar mi cruz deseo,
resignado y por amor.

(VI) Verónica compasiva,
limpia la divina Faz,
del polvo, sangre y saliva
de mi soberbia procaz.

(VII) Jesús, de fatiga tanta,
cae por segunda vez;
cayó cuando su ley santa
quebranté con altivez.

(VIII) Jesús a llorar convida
a las hijas de Judá.
Si lloro mi mala vida
Jesús me consolará.

(IX) Jesús ríndese extenuado
ante inmensa multitud;
¡Ay! qué cara le ha costado
mi obstinada ingratitud.

(X) Arrancan las vestiduras
a Jesús con gran crueldad.
Así expía mis locuras,
mi impureza y vanidad.

(XI) Con terribles martillazos
en la cruz clavado fue.
Yo descoyunté sus brazos,
sus manos y pies clavé.

(XII) Después de larga agonía
el buen Jesús expiró;
y al verle ¿no lloraría
sus culpas quien lo ofendió?

(XIII) El cadáver santo adora
María con gran piedad.
El perdón ¡oh Madre!, implora
este monstruo de maldad.

(XIV) En el sepulcro reposa
el cuerpo del Salvador.
Encerrado con su losa
quisiera morir de amor.



Per vostra Passió sagrada,
adorable Redemptor,
perdoneu altra vegada
a aquest pobre pecador.

(I) Jesús, víctima escollida,
és condemnat a la mort;
per donar-me eterna vida
Ell sofreix tan trista sort.

(II) Jesucrist la Creu pesada
porta al coll per amor meu;
jo mateix li he carregada
en pecar contra mon Déu!

(III) Jesús per volta primera
cau de cansament rendit;
sa Creu tornaré lleugera
si a sos peus caic penedit.

(IV) Al carrer de l'Amargura
Mare i Fill s'han contemplat;
mira bé, vil criatura,
quin martiri els has causat!

(V) A Jesús li dóna ajuda
de mal grat el Cireneu;
per mes culpes merescuda,
no voldré portar ma creu?

(VI) Verònica, compassiva,
eixuga aquell front sagrat
de la sang, pols i saliva
amb què jo l'he profanat.

(VII) Com la Creu és tan pesada,
defallit cau novament;
cau Jesús cada vegada
que jo trenco un manament.

(VIII) Jesús a plorar convida
a les filles de Judà;
si ploro ma mala vida,
Jesús m'aconsolarà.

(IX) Jesús, tercera vegada
sense forces ha caigut.
Ai!, que cara l'ha pagada
ma obstinada ingratitud.

(X) Arrenquen les vestidures
a l'Anyell immaculat;
oh faltes meves impures:
vosaltres l'heu despullat.

(XI) Amb furientes martellades
és Jesús clavat en Creu;
jo sóc qui les hi ha donades
amb mes ofenses a Déu!

(XII) Després de llarga agonia,
el Bon Jesús ha expirat;
davant seu, ¿no ploraria
el gran crim d'haver pecat?

(XIII) Rep Maria amb amargura
el Cos del son Fill diví;
amb ma vida tan impura
jo he sigut el seu botxí.

(XIV) Dins el sepulcre reposa
el Cos del meu Redemptor;
agraït, damunt la llosa
voldria morir d'amor.

domingo, 6 de octubre de 2019

Yo, pecador (Confiteor)

El camino de perfección de S. Juan de la Cruz contemplaba tres pasos: la vía purgativa, en donde nos liberamos de nuestros vicios y de todo aquello que nos lastra a tierra; la vía iluminativa, en la que vamos adquiriendo la sabiduría que nos lleva a Dios, y la vía unitiva, en la que nos unimos a Dios. Estas mismas tres fases están en la misa: empezamos con la vía purgativa, reconociendo nuestros pecados y pidiendo perdón por ellos, seguimos con la vía iluminativa, escuchando la palabra de Dios y el sermón del sacerdote, y acabamos con la vía unitiva de la comunión.

La oración principal de la vía purgativa es el Yo, pecador, o Confiteor. Esta oración, a diferencia del Credo o del Gloria, sufrió un cambio en la renovación de la misa de 1970. Antes se rezaba 3 veces: una vez el sacerdote sólo, a continuación lo rezaba todo el pueblo, y se volvía a rezar al final, justo antes de comulgar. Entiendo la lógica de esta reducción en repeticiones –aunque rezarlo justo antes de comulgar me parece muy bonito–. Lo que no entiendo es que se redujera el texto. No creo que sea por acortar 10 segundos la misa. En la versión tradicional se confesaba nuestra condición de pecador ante Dios, la Virgen, S. Miguel, S. Juan Bautista, los apóstoles (con S. Pedro y S. Pablo a la cabeza), a todos los santos y los fieles hermanos, y después se pedía la intercesión uno a uno de todos ellos. Ahora se confiesa sólo ante Dios y los hermanos y se pide la intercesión de la Virgen. Yo creo que confesar ante los santos es una prueba de humildad y pedir su intercesión es entrar más en la Comunión de los Santos.  Lamento la pérdida. Cuando lo rezo para mí, lo hago en la versión tradicional (y en latín, que me gusta más).

Os presento aquí esta oración, tanto en la versión actual como en la tradicional, en español y en latín.


Yo, pecador (versión actual)
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros hermanos
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso, ruego a Sta. María siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos, y a vosotros hermanos
que intercedáis por mí
ante Dios nuestro Señor. Amén.

Confiteor (versión actual)
Confiteor Deo omnipotenti,
et vobis, fratres,
quia peccavi nimis
cogiatione, verbo et opere.
Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.
Ideo precor beatam Maria semper Virginem,
omnes angelos et sanctos et vos, fratres,
orare pro me ad Dominum, Deum nostrum. Amen.


Yo, pecador (versión tradicional)
Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso,
a la bienaventurada siempre Virgen María,
al bienaventurado S. Miguel Arcángel,
al bienaventurado S. Juan Bautista,
a los santos Apóstoles S. Pedro y S. Pablo,
a todos los santos y a vos, Padre,
que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por tanto ruego a la bienaventurada siempre Virgen María,
al bienaventurado S. Juan Bautista,
a los santos Apóstoles S. Pedro y S. Pablo,
a todos los santos y a vosotros hermanos,
que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.

Confiteor (versión tradicional)
Confiteor Deo omnipotenti,
beatæ Maria, semper Virgine,
beato Michaeli Archangelo, beato Ioanni Baptistæ,
sanctis apóstolis Petro et Paulo, 
ómnibus Sanctis, et vobis fratres 
quia peccavi nimis
cogiatione, verbo et opere.
Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.
Ideo precor beatam Maria semper Virginem,
beatum Michaelem Archangelum, beatum Ioannem Baptistam,
sanctos Apóstolos Petrum et Paulum,
omnes Sanctos, et vos fratres,
orare pro me ad Dominum, Deum nostrum. Amen.


lunes, 9 de septiembre de 2019

Oraciones de preparación para la confesión

La confesión nunca ha sido el más popular de los sacramentos. La Iglesia obliga, por su segundo mandamiento de la Santa Madre Iglesia a “confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar”, pero creo que pocos lo hacen. Yo estuve una vez casi 20 años sin confesarme. Parece que no pasa nada, pero al final de ese tiempo mi alma estaba en muy mal estado. Lo sé, porque una confesión lo cambió todo. Ahora me confieso cada 3–4 semanas. Los beneficios de la confesión son grandes. El que esté interesado en leer más de esto, puede leer lo que he escrito en mi otro blog.

La confesión no es un acto, es todo un proceso con 5 pasos: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. No todo debe hacerse de una sentada: el examen de conciencia y dolor de los pecados conviene hacerlo más a menudo. Se suele recomendar hacerlo cada noche. De todas formas, antes de ir al confesionario conviene repasar los pecados cometidos.

Aquí os dejo dos oraciones para antes de la confesión: uno para antes de iniciar el proceso y otro para prepararse para el examen de conciencia.

Confesaos a menudo. De verdad que lo notaréis.


Oración para prepararse a la confesión

Omnipotente y sempiterno Dios, perdónanos a los que nos arrepentimos, sé bondadoso con los que te suplicamos y dígnate enviarnos tu gracia que sea remedio saludable a los que humildemente invocamos tu santo Nombre, nos acusamos de nuestros delitos según están en nuestra conciencia, lloramos nuestros pecados postrados ante tu divina clemencia y pedimos repetida y humildemente tu serenísima piedad; y concédenos, por la invocación de tu santísimo Nombre, que todos los que nos acercamos al sacramento de la penitencia para remisión de nuestros pecados obtengamos salud de alma y protección del cuerpo, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Señor, que no quieres la muerte del pecador, sino la penitencia de sus pecados para que viva: mira benigno la fragilidad de nuestra condición humana y haz que por esta confesión, a la que nos acercamos para obtener el perdón, obtengamos la absolución de nuestras culpas y el premio de la penitencia, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Oración para antes del examen de conciencia

Oh Señor Dos mío, que investigas los corazones y conoces las conciencias de los hombres: dame la gracia de examinar sinceramente y conocer verdaderamente la mía de manera que descubra todas mis malicias y pecados, para que, confesándolos bien todos y enmendándome de ellos, merezca tu perdón y gracia en la tierra y la entrada de la gloria en el cielo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

domingo, 30 de diciembre de 2018

Oración a la Stma. Virgen para obtener una buena muerte

Uno se va haciendo mayor y empieza a ver la muerte más cercana: ves morir a familiares cercanos y a amigos de tu edad. A algunos esto les hace no pensar en la muerte, lo que en el fondo es desear no morir nunca. A mí en cambio me mueve a prepararme para estar listo cuando llegue.  Hay muchas oraciones que contemplan la preparación para la muerte. Por ejemplo, las completas acaban con la jaculatoria “Que el Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa”. También está la coronilla de S. Miguel. Y el recuerdo de la muerte no acaba en esta vida, con las oraciones para la redención de las benditas ánimas del purgatorio, benditas porque ya se saben salvadas, aunque tengan que purgar sus penas. Sea como sea, es conveniente, y en ciertos momentos tranquiliza mucho, rezar frecuentemente para pedir una buena muerte. Aquí os dejo una oración breve a la Santísima Virgen María con este propósito.

Oración a la Santísima Virgen para obtener una buena muerte.

Oh María, concebida sin pecado, ruega por nosotros, que acudimos a ti.
Oh refugio de los pecadores, madre de los moribundos,
no nos abandones en la hora de nuestra muerte,
sino alcánzanos perfecto dolor, sincera contrición
y perdón de nuestros pecados.
Que recibamos dignamente el Viático
y nos robustezcamos con el sacramento
de la Unción de los Enfermos,
para que nos podamos presentar seguros
ante el trono del justo, pero también misericordioso
Juez, Dios y Redentor nuestro.
Amén.

lunes, 29 de octubre de 2018

Novena por las ánimas del purgatorio

Se acerca los días de Todos los Santos (1 de noviembre) y de los Fieles Difuntos (2 de noviembre). Es un momento que la Iglesia nos da para que recordemos a los muertos que nos precedieron. Y de aquí viene la preciosa costumbre de visitar los cementerios y rezar por los seres queridos que nos dejaron. En la octava de Todos los Santos (hasta el 8 de noviembre) se puede conseguir  –sólo para las ánimas del purgatorio– una indulgencia plenaria cada día, yendo a misa y comulgando (bajo las condiciones habituales: también hay que confesarse en los 15 días anteriores o posteriores y rezar por las intenciones del Papa).

Otra cosa que podemos hacer por las benditas almas del purgatorio es rezar una novena por ellas. Se puede empezar, por ejemplo,  el día de Todos los Santos, profundizando así mas en la octava. Os dejo la novena:

Novena de las ánimas del purgatorio

Por la señal de la Santa Cruz, etc.
Acto de contrición (Señor mío Jesucristo, etc.)

Primer día: Señor mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que por no haberla tenido se están purificando en el purgatorio, te dignes aplicar nuestros sufragios y llevarlos pronto de aquellas penas al cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre purísima y de San José.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.

Segundo día: Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del purgatorio para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del cielo.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.

Tercer día: Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos y a todos llévalos pronto a su descanso.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.

Cuarto día: Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y ten misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándolos a la gloria eterna.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.

Quinto día: Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.

Sexto día: Señor mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las ánimas del purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y amigos de cuantos hacemos esta novena, para que logren el descanso eterno.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.

Séptimo día: Señor mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte, recibiendo bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos de la mala vida pasada, los purificas en el purgatorio con terribles tormentos: suplicámoste, Señor, por los que murieron sin prepararse y por todos los demás, rogándote les concedas a todos ellos la gloria y a nosotros recibir bien los últimos sacramentos.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.

Octavo día: Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los bienes terrenos y olvidados de la gloria, los retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos, para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.

Noveno día: Señor mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa: mira propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora de ver tu faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y, mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta de pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios, los de tus Santos y Santas, los de tu Madre y tus méritos; haz que pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la gloria eterna.

Oración: Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Responso: No te acuerdes, Señor, de mis pecados, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna, – cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison
Padrenuestro
De la puerta del infierno, – saca, Señor, sus almas.
Descansen en paz. – Amén.
Señor, oye mi oración. – Y llegue a ti mi clamor.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. – Y brille sobre ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. – Amén.


sábado, 11 de febrero de 2017

Acto de contrición

La oración de hoy, el "Señor mío Jesucristo", es una de esas que nos enseñaban de pequeños hace 50 años (sí, soy así de viejo). Nunca la aprendí entera, por lo que imagino que no me gustaba gran cosa. La volví a aprender hace dos años o así y ha contribuido a la conversión que he disfrutado recientemente.

Todo empezó en Lourdes (y hoy es el día de Ntra. Sra. de Lourdes). Convencí a la familia de ir a pasar unos días en verano. Quería ir a un sitio que pudiera reavivar mi fe. Y allí empecé a entender la importancia del rezo del rosario. En la página web a la que fui para aprender otra vez a rezar el rosario aconsejaban empezar con el acto de contrición. Tras rezar diariamente que me proponía firmemente confesarme, no tuve más remedio que empezar a confesarme. Yo, que no me confesaba nunca. Y descubrí la importancia de la confesión frecuente, como explico en mi otro blog, Acogiéndome a Sagrado.

Hay dos cosas que me llaman la atención de esta oración. Una es el inicio, donde llama a Jesucristo "Creador, Padre y Redentor mío". Parece una confusión de las dos primeras personas de la Santísima Trinidad.

La segunda es el recuerdo de que ofender a Dios te puede llevar al infierno. Algo que no está nada de moda, pero que considero parte esencial de las creencias del catolicismo (y aprovecho para poner otra cuña a mi otro blog).

Es una oración corta y simple, pero potente. O al menos a mí me ha hecho cambiar.


Acto de contrición

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío.
Por ser Vos quien sois, bondad infinita,
Y porque os amo sobre todas las cosas
Me duele de todo corazón haberos ofendido.
También me duele porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Por eso, ayudado de vuestra Divina Gracia,
Me propongo firmemente nunca más pecar, confesarme
Y cumplir la penitencia que me sea impuesta.
Amén.