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sábado, 22 de mayo de 2021

Veni creator Spiritus

Mañana celebramos la solemnidad de Pentecostés. Hay dos muy conocidas oraciones al Espíritu Santo. Una es la Secuencia del Espíritu Santo, que rezaremos en la Misa de mañana, y la otra es el Himno al Espíritu Santo, conocido por Veni creator Spiritus, que es la protagonista de la entrada de hoy. 

Este himno es muy antiguo. Lo compuso el monje alemán Rabano Mauro, arzobispo de Maguncia, en el S. IX. A menudo es cantado, con un canto gregoriano muy bello. Y se usa especialmente en las dedicaciones de templos. A diferencia de la Secuencia, yo nunca lo he oído rezado sino en latín. Adjunto una traducción al Español, pero más para que se sepa lo que dice la oración original que para rezarla.

Rezad al Espíritu Santo, que bien lo necesitamos


Veni creator Spiritus

Veni creator Spiritus
mentes tuorum visita,
imple superna gratia,
quae tu creasti pectora.

Qui diceris Paraclitus,
altissimi donum Dei
fons vivus, ignis, caritas
et spiritualis unctio.

Tu septiformis munere
dextrae Dei tu digitus,
tu rite promissum Patris
sermone ditans guttura.

Accende lumen sensibus,
infunde amorem cordibus,
infirma nostri corporis
virtute firmans perpeti.

Hostem repellas longius
pacemque dones protinus;
ductore sic te praevio
vitemus omne noxium.

Per te sciamus da Patrem
noscamus atque Filium,
te utriusque Spiritum
credamus omni tempore.

Amen.


Ven, Espíritu creador

Ven, Espíritu creador,
visita las almas de tus fieles
llena con divina gracia
los corazones que Tú mismo creaste.

Tú, a quien llamamos Paráclito,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y unción espiritual.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones
Tú, el dedo de la mano de Dios,
Tú, fiel promesa del Padre,
que inspiras nuestras palabras.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde amor en nuestros corazones,
fortalece nuestros cuerpos,
con tu perpetuo auxilio.

Aleja de nosotros al enemigo
y danos pronto la paz;
sé nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.

Por ti conozcamos al Padre
revélanos también al hijo,
y que en ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo momento.

Amén.




martes, 24 de diciembre de 2019

La Sibil.la

Esta noche es Nochebuena y en todas las Misas del Gallo de Mallorca se va a cantar el Canto de la Sibil.la. Es un canto medieval que se ha mantenido desde entonces. No parece que se sepa exactamente de cuándo es. Probablemente es del siglo XIII y es en catalán de la época. Es tan importante en nuestra forma de vivir la Navidad que el Concilio de Trento, que prohibió las oraciones y manifestaciones en las liturgias en lengua vernácula hizo una excepción para este canto.

La Sibila es una profetisa, que anuncia la llegada del Salvador. Por la letra no parece un canto de Navidad, pues habla del juicio final y tiene un tono apocalíptico. Yo me sospecho que nuestra Navidad tierna y entrañable, del vuelve a casa por Navidad es reciente y que hasta hace un par de siglos la Navidad estaba centrada en la salvación, incluyendo los novísimos (muerte, juicio, cielo e infierno).

Es un canto muy particular y muy bonito. Es difícil de cantar y castiga bastante la voz. Por eso la soprano tiene que tomar descansos y aparecen los interludios de órgano o coro. Y también es posible que sea el motivo que se canta una versión reducida. Os pongo la versión completa (con la traducción al español) y marco con un paréntesis lo que no se canta ya. El video es del canto en la catedral de Palma en la Nochebuena del 2018. Escuchad primero y ya leeréis el texto después.

Feliz Navidad a todos.




Cant de la Sibil·la

El jorn del Judici
parrà el qui haurà fet servici.

Jesucrist, Rei universal,
homo i ver Déu eternal,
del cel vindrà per a jutjar
i a cada u lo just darà.

(Gran foc del cel devallarà,
mars, fonts i rius, tot cremarà.
Daran los peixos horribles crits
perdent los seus naturals delits

Ans del judici l'Anticrist vindrà
i a tot lo mon turment darà,
i se farà com Deu servir,
i que no el crega farà morir.

Lo seu regnat serà molt breu,
en aquell temps sots poder seu
moriràn màrtirs tots a un lloc
aquells dos sants, Elies i Enoc.

Lo sol perdrà sa claredat
mostrant-se fosc i entelat,
la lluna no darà claror
i tot lo mon serà tristor.)

Als mals dirà molt agrament:
—Anau, maleïts, en el turment;
anau, anau al foc etern
amb vostron príncep de lo infern.

Als bons dirà: -Fills meus, veniu!
benaventurats, posseïu
el Regne que us està aparellat
des que lo món va ésser creat.

Oh humil verge! Vos qui heu parit
Jesús infant en esta nit,
a vòstron Fill vullau pregar
que de l'infern vulla'ns lliurar.

El jorn del Judici
parrà el qui haurà fet servici.


Canto de la Sibila

El día del Juicio
perecerá el que haya hecho servicio.

Jesucristo, Rey universal,
hombre y verdadero Dios eterno,
del cielo vendrá para juzgar
y a cada uno lo justo dará.

(Un gran fuego del cielo bajará
mares, fuentes y ríos, todo lo quemará.
Daran los peces horribles gritos
perdiendo sus naturales regocijos.

Antes del Juicio el Anticristo vendrá
y a todo el mundo tormento dará
y se hará como Dios servir,
y el que no crea en él, lo hará morir.

Su reinado será muy breve
en aquellos tiempos bajo su poder
morirán mártires todos a la vez
aquellos dos santos, Elías y Enoc.

El sol perderá su claridad
mostrándose oscuro y entelado.
La luna no iluminará
y todo el mundo será oscuridad.)

A los malvados dirá muy amargamente:
– Id, malditos, al tormento;
id, id al fuego eterno
con vuestro príncipe del infierno.

A los justos dirá: –¡Hijos míos, venid!
Bienaventurados, poseed
el Reino que os he preparado
desde que el mundo fue creado.

¡Oh, humilde Virgen! Vos que habéis parido
Jesús niño esta noche,
a vuestro Hijo quered rogar
que del infierno nos quiera librar.

El día del Juicio
perecerá el que haya hecho servicio.

jueves, 18 de julio de 2019

Gloria

Cuando he sentido un enorme júbilo me he encontrado a menudo cantando el Gloria.  Es la oración más alegre de la misa. Quizá es porque lo asocio al repique de campanas cuando se reza en la Vigilia Pascual, no lo sé. Es una oración de jubilosa alabanza a Dios.

Es muy antigua, de los inicios mismos de la Iglesia. Por ejemplo se conoce una versión del S. III y seguramente no es la primera. Quizá es por su edad y por las múltiples versiones por lo que tiene una estructura un poco rara. Además, el ritmo con el que lo rezamos en misa no coincide con la estructura gramatical, con lo que parece que ni siquiera tiene frases claras. Buscando en mis libros y por Internet he encontrado variaciones de puntuación que ahonda en esta sensación de contener frases desestructuradas. He mirado con cuidado la versión en latín (que adjunto) y he puntuado de la manera que creo da más sentido a la oración. Sólo son cuatro frases, dirigidas a cuatro personas diferentes.

La primera son las palabras de los ángeles a los pastores cuando anunciaron el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.  Sigue con una de alabanza al Padre. A continuación hay otra de petición de misericordia dirigida al Hijo y finalmente volvemos a una alabanza, esta vez a la Trinidad.

Esta oración se presta a ser cantada y hay muchísimas versiones de tradicionales a modernas. He enlazado el Gloria gregoriano de la preciosa Missa de Angelis, que en tiempos de mis padres se cantaba muy a menudo y todos lo sabían cantar y ahora, desgraciadamente, no se oye nunca. Espero que os guste.


Gloria
Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre:
Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros.

Porque solo Tú eres Santo, solo Tú, Señor,
solo Tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre.
Amén.


Gloria in excelsis Deo
Gloria in excelsis Deo
et in terra pax homínibus bonæ voluntatis.

Laudamus te, benedícimus te,
adoramus te, glorificamus te,
gratias ágimus tibi
propter magnam gloriam tuam,
Dómine Deus, Rex cælestis, Deus Pater omnípotens.

Dómine Fili unigénite Iesu Christe,
dómine Deus, Agnus Dei, Filius Patris,
qui tollis pecata mundi, miserere nobis;
qui tollis pecata mundi, súscipe deprecationem nostram;
qui sedes ad déxteram patris, miserere nobis.

Quoniam Tu solus Sanctus, Tu solus Dóminus,
Tu solus Altíssimus, Iesu Christe,
cum Sancto Spíritu in gloria Dei Patris.
Amén.



sábado, 24 de marzo de 2018

Stabat Mater

Estamos a las puertas de la Semana Santa. Dos de sus oraciones-cantos principales son el Pange Lingua para el Jueves Santo y para el Viernes Santo la que presentamos hoy, el Stabat Mater.

Es un rezo del S. XIII de autoría incierta. Las dos atribuciones con mayor probabilidad de ser ciertas son el Papa Inocencio III y el fraile franciscano Jacopone da Todi. Canta el sufrimiento de la Virgen María a los pies de la Cruz. El título, como es habitual, viene de la primera línea Stabat mater dolorosa (Estaba la Madre de pie sufriendo).

El canto está formado por veinte estrofas de 3 versos y es una meditación de la Pasión de Cristo a través del sufrimiento de la Virgen y que nos lleva a unirnos a Él. Es de gran belleza y dramatismo y ha recibido música de muchos grandes autores: Pergolesi, Rossini, Liszt, Penderecki… Naturalmente también existen versiones en gregoriano. Quizá la más conocida es la que adjunto, que es la que se canta en el Via Crucis del Viernes Santo en Roma en los cambios de estación.

Esta oración se escribió en latín y ha sido traducido a todos los idiomas. Os muestro el original latino –que es la que yo creo que se ha de rezar– y la traducción al Español que realizó Lope de Vega.


Stabat mater

Stabat mater dolorosa
juxta crucem lacrimosa
cum pendebat filius.

Cuius animam gementem
contristatam et dolentem
pertransivit gladius.

O quam tristis et afflicta
fuit illa benedicta
mater unigeniti

Quae maerebat et dolebat
et tremebat, cum videbat
nati poenas incliti.

Quis est homo qui non fleret
Matrem Christi si videret
in tanto supplicio?

Quis non posset contristari.
piam matrem contemplari
dolentem cum filio?

Pro peccatis suae gentis
Jesum vidit in tormentis
et flagellis subditum.

Videm suum dulcem natum
morientem desolatum
dum emisit spiritum.

Eja mater fons amoris,
me sentire vim doloris
fac ut tecum lugeam.

Fac ut ardeat cor meum
in amando Christum Deum,
ut sibi complaceam.

Sancta Mater, istud agas,
crucifixi fige plagas
cordi meo valide.

Tui nati vulnerati
tam dignati pro me pati
poenas mecum divide!

Fac me vere tecum flere,
crucifixo condolere,
donec ego vixero.

Juxta crucem tecum stare
te libenter sociare
in planctu desidero.

Virgo virginum praeclara,
mihi jam non sis amara,
fac me tecum plangere.

Fac ut portem Christi mortem,
passionis eius sortem
et plagas recolere.

Fac me plagis vulnerari,
cruce hac inebriari
ob amorem filii.

Inflamatus et accensus,
per te virgo sim defensus
in die judicii.

Fac me cruce custodiri,
morte Christi praemuniri,
confoveri gratia.

Quando corpus morietur
fac ut animae donetur
paradisi gloria.
Amen.



Versión de Lope de Vega

La madre piadosa parada
junto a la cruz y lloraba
mientras el hijo pendía.

Cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh, cuán triste y cuán aflicta
se vio la madre bendita
de tantos tormentos llena!

Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara,
si a la madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?

Y ¿quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce madre.

Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.

Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en Él que conmigo.

Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.

Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo.

Porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!,
llore ya con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea.

Porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio.

Porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén.

Porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria. Amén.


sábado, 4 de marzo de 2017

Veni creator spiritus

Yo tengo una especial devoción al Espíritu Santo. Quizá es porque soy muy poco espiritual y noto su falta. Le rezo a menudo, a menudo durante mi turno en la Adoración Perpetua. Una de las oraciones al Espíritu Santo más conocida es el Veni creator spiritus. Es una oración que hay que rezar en latín. Aunque no entiendas lo que estás diciendo, tellena. En Español no es lo mismo. Y mejor cantarla. Es de las canciones más bonitas que conozco.

Os dejo la versión en latín, su traducción al Español y un video de YouTube para que lo podáis rezar escuchando.

Veni, Creator Spíritus

Veni, Creator Spiritus, mentes tuorum visita.
Imple superna gratia, quae tu creasti pectora,

Qui diceris Paraclitus, altissimi donum Dei,
Fons vivus, ignis, caritas et spiritualis unctio.

Tu septiformis munere digitus Paternae dexterae;
Tu rite promissum Patris, sermone dittans guttura.

Accende lumen sensibus, infunde amorem cordibus,
Infirma nostri corporis virtute firmans perpeti.

Hostem repellas longius, pacemque dones protinus;
Ductore sit te praevio, vitemus omne noxium.

Per te sciamus, da, Patrem noscamus atque Filium,
Teque utriusque Spiritum credamus omni tempore.

Deo Patri sit gloria, eiusque soli Filio
Cum Spiritu Paraclito, regnans per omne saeculum.

Amen.

Ven, Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador, visita nuestras almas y, pues, Tú las creaste, llénalas de tu gracia

Oh don de Dios Altísimo, abogado te llaman; fuego, amor fuente viva; suave unción del alma.

Tú, dedo de Dios Padre, siete dones regalas; Tú, de Dios fiel promesa, inspira las palabras.

Tú nuestra mente alumbra, Tú nuestro amor inflama y con tu fuerza anima a nuestra carne flaca.

Ahuyenta al enemigo, infúndenos tu calma, dirige nuestros pasos y de nosotros el mal aparta.

Enséñanos al Padre y al Hijo nos declara, y en ti, de ambos Espíritu, crea nuestra fe santa.

Gloria al Padre por siempre, gloria al Hijo preclaro, gloria al divino Espíritu, que siempre reina y manda.

Amén.