sábado, 23 de febrero de 2019

Vuestra soy, para vos nací.

Estudié este poema de Sta. Teresa de Jesús en clase de literatura (en esos tiempos estudiábamos poesía y obras religiosas). Hace unos días, no sé por qué me acordé de algunas líneas y la busqué y reaprendí. Se parece en objetivo a la oración de Charles de Foucauld Padre, me pongo en tus manos.

Me sorprendió la estructura: una introducción, un recordatorio que somos de Dios pues nos ha creado, salvado, esperado; la aceptación de vivir para Dios, de ser criado de Dios; una enumeración de extremos que estamos dispuestos a aceptar si Dios nos lo da o nos lo pide: salud-enfermedad, alegría-tristeza, oración-sequedad, holganza-trabajo; se compara a momentos y personas de las Escrituras y finalmente acaba volviendo al inicio: que somos de Dios y queremos hacer lo que Él nos mande.

Estilísticamente, como es común en Sta. Teresa, hay una frase que se repite al final de cada estrofa. En este caso «¿Qué mandáis hacer de mi?».

Vuestra soy, para Vos nací
Sta. Teresa de Jesús

Vuestra soy, para Vos nací:
¿Qué mandáis hacer de mí?

Soberana Majestad,
Eterna Sabiduría,
Bondad buena al alma mía;
Dios, Alteza, un ser, bondad,
La gran vileza mirad
Que hoy os canta amor así.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, porque me criastes,
Vuestra, pues me redimistes,
Vuestra, pues me sufristes,
Vuestra, pues que me llamastes,
Vuestra, porque me esperastes,
Vuestra, pues no me perdí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

¿Qué mandáis, pues, buen Señor,
Que haga tan vil criado?
¿Cuál oficio le habéis dado
A este esclavo pecador?
Veisme aquí, mi dulce Amor,
Amor dulce, veisme aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Veis aquí mi corazón:
Yo le pongo en vuestra palma
mi cuerpo, mi vida y alma,
Mis entrañas y afición,
Dulce Esposo y redención,
pues por vuestra me ofrecí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida,
Dad salud o enfermedad,
Honra o deshonra me dad,
Dadme guerra o paz crecida,
Flaqueza o fuerza cumplida,
Que a todo digo que sí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
Dad consuelo o desconsuelo,
Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis, dadme oración;
Si no, dadme sequedad.
Si abundancia y devoción
Y si no, esterilidad.
Soberana Majestad
Sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme, pues, sabiduría
O, por amor, ignorancia;
Dadme años de abundancia
O de hambre y carestía;
Dad tiniebla o claro día
Revolvedme aquí o allí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis que esté holgando
Quiero por amor holgar;
Si me mandáis trabajar
Morir quiero trabajando.
Decid dónde, cómo y cuándo.
Decid, dulce Amor, decid.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor
O Juan, que al pecho reposa.
Sea viña fructuosa
O estéril, si cumple así.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Sea José puesto en cadenas
O de Egipto adelantado;
O David, sufriendo penas,
O ya David encumbrado;
Sea Jonás anegado
O libertado de allí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Esté callando o hablando,
Haga fruto o no le haga,
Muéstreme la Ley mi llaga,
Goce de Evangelio blando,
Esté penando o gozando,
Sólo Vos en mí viví.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para Vos nací:
¿Qué mandáis hacer de mí?