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martes, 28 de enero de 2020

Oración a Sto. Tomás de Aquino

Hoy es Sto. Tomás de Aquino. Es uno de los más grandes filósofos y teólogos que ha habido jamás.  Es el santo patrón de filósofos y estudiantes. Cuando lees un texto suyo quizá cueste entenderlo, pues no estamos acostumbrados al estilo ni estamos familiarizados con la filosofía aristotélica, pero se ve claramente la profundidad de su pensamiento, la agudeza de su visión y el rigor de su razonamiento. Por ejemplo, cuando habla del infinito, ya prevé los problemas con que se van a enfrentar los matemáticos 500 años después.

Pero además de gran teólogo era un gran compositor de oraciones. Tiene muchas oraciones preciosas, desde el muy famoso Pange lingua, a una oración al Santísimo Sacramento, pasando por una oración para rezar antes de estudiar.

La oración que os adjunto hoy es una oración pidiendo su intercesión para pedir al Señor luz para concerle. Esta basada en algunas oraciones suyas. Espero que os guste.

Oración a Sto. Tomas de Aquino


¡Oh Dios Todopoderoso!,
Tú que eres fuente de sabiduría,
y principio supremo de todas las cosas.
te pido humildemente
y por la intercesión
de tu amado hijo Santo Tomás de Aquino:
derrama tu luz en mi inteligencia
y aleja de ella las tinieblas
del pecado y de la ignorancia.

Concédeme agudeza para entender,
memoria para retener,
método y facilidad para aprender,
lucidez para interpretar y
y gracia abundante para expresarme.

Ayuda el comienzo de mi trabajo,
dirige su progreso, corona su fin.

Señor, que inspiraste a Santo Tomás de Aquino
para que, usando su inteligencia,
iluminara las mentes de los creyentes
con el fruto de su reflexión teológica,
te pedimos que, a ejemplo suyo,
crezcamos en el conocimiento
del único Dios verdadero.

Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.

miércoles, 12 de abril de 2017

Pange lingua

Siendo mañana el Jueves Santo, la oración de hoy ha de ser el Pange Lingua. Es una oración compuesta por Sto. Tomás de Aquino para la festividad del Corpus Christi (¡hay que ver lo buen creador de oraciones que era ese hombre1). Aunque la compuso para el Corpus, yo siempre lo he oído cantar durante la celebración del Jueves Santo, normalmente al ir a custodiar las formas consagradas tras la celebración.

A diferencia de otras oraciones, que se rezan generalmente en español aunque haya una versión en latín, esta oración sólo la he oído rezar en latín, casi siempre cantado. La versión clásica es la gregoriana, aunque hay una versión muy bonita de Mocedades, aunque no cantan la oración completa.

El nombre, Pange lingua, son las dos primeras palabras de la oración. Quiere decir «Canta, oh lengua». Les dejo la oración, la traducción la español y una versión cantada.

Pange lingua
Sto. Tomás de Aquino

Pange, lingua, gloriosi
Corporis mysterium
Sanguinisque pretiosi
Quem in mundi pretium
Fructus ventris generosi
Rex effudit gentium

Nobis datus, nobis natus
Ex intacta virgine
Et in mundo conversatus
Sparso verbi semine.
Sui moras incolatus
Miro clausit ordine

In supremae noctae coenae
Recumbens cum fratribus
Observata lege pleanae
Cibis in legalibus
Cibum turbae duodenae
Se dat suis manibus

Verbum caro, panem verum
Verbo carnem efficit
Fitque Sanguis Christi merum.
Et, si sensus deficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides sufficit

Tantum ergo Sacramentum
Veneremur cernui:
Et antiquum documentum
Novo cedat ritui.
Praestet fides supplementum
Sensuum defectui

Genitori, genitoque
Laus et iubilatio
Salus, honor, virtus quoque
Sit et benedictio.
Procedenti ab utroque
Compar sit laudatio.
Amen.

Canta, oh lengua

Canta, oh lengua,
el misterio del glorioso cuerpo
y la gloriosa sangre
que el Rey de la Naciones,
Fruto de un vientre generoso,
Derramó en rescate del mundo.

Nos fue dado, nos fue nacido
De una virgen sin mancha.
Y después de pasar su vida en el mundo,
Una vez propagada la semilla de su palabra,
Terminó el tiempo de su residencia,
De un modo admirable

En la noche de la Última Cena,
Reclinado con sus hermanos,
Observada plenamente la ley,
En la comida de la Ley (la cena Pascual)
Se da con sus propias manos
Como comida para los doce.

El verbo encarnado, pan verdadero,
Lo convierte con su palabra en carne,
Y el vino se vuelve Sangre de Cristo.
Y si los sentidos fallan,
Para reafirmar el corazón sincero,
La sola fe basta.

Así pues, tan gran Sacramento
Veneremos postrados,
Y el Antiguo testamento
Cede paso al nuevo rito.
La fe preste auxilio
A la debilidad de los sentidos.

Al Progenitor y al Primogénito (al Padre y al Hijo)
Loas y cantos de júbilo,
Salud, Honor,
Fuerza y bendición.
Aquel que procede de ambos,
Tenga la misma alabanza.
Amén.



sábado, 1 de abril de 2017

Oración al Santísimo Sacramento

Como he contado en mi otro blog, soy adorador. Todos los viernes, de 9 a 10 de la noche, es mi turno en la Adoración Perpetua. Es una hora de contemplación y oración que se me hace cortísima. Tengo mi ritual de oraciones y la primera, mi saludo por así decirlo, es esta Oración al Santísimo Sacramento, de Sto. Tomás de Aquino. Tiene un estilo parecido a la Oración para antes de estudiar, que comenté en una entrada anterior.

Cada vez que lo rezo mi admiración por Sto. Tomás crece. Me asombra su precisión: cómo reconoce los aspectos importantes de la vida y reza por ellos. El trozo que más me gusta es cuando pide ser «obediente sin contradicción, pobre sin rebajamiento, casto sin corrupción, paciente sin murmuración, humilde sin ficción, alegre sin disipación, maduro sin pesadumbre...» es decir, pide la virtud, pero la virtud pura, de alma, la virtud sin el defecto que tan fácilmente puedes tener si sólo la vives por fuera. Tanta precisión me hace pensar que todas estas debilidades y tentaciones las vivió. Que conoce íntimamente el alma débil. Que no nació santo ni consiguió su perfección sin esfuerzo.

Si quieres que Dios te dé la esencia de la perfección del alma, reza esta oración.

Oración al Santísimo Sacramento
Sto. Tomas de Aquino

Oh, santísimo Jesús, que aquí eres verdaderamente Dios escondido: concédeme desear ardientemente, buscar prudentemente, conocer verdaderamente y cumplir perfectamente, en alabanza y gloria de tu nombre, todo lo que te agrada. Ordena, oh Dios mío, el estado de mi vida: concédeme que conozca lo que de mí quieres y que lo cumpla como es menester y conviene a mi alma. Dame, oh Señor Dios mío, que no desfallezca entre las prosperidades y adversidades, para que ni en aquellas me ensalce ni en estas me abata. De ninguna cosa tenga gozo ni pena, sino de los que lleva a ti o aparta de ti. A nadie desee agradar o tema desagradar sino a ti. Séanme viles, Señor, todas las cosas transitorias y preciosas todas las eternas. Disgústeme, Señor, todo gozo sin ti y no desee cosa alguna fuera de ti. Séame deleitoso, oh Señor, cualquier trabajo por ti y enojoso el descanso sin ti.

Dame, oh Dios mío, levantar a ti mi corazón, frecuente y fervorosamente, hacerlo todo con amor, tener por muerto lo que no pertenece a tu servicio, hacer mis obras, no por rutina, sino refiriéndolas a ti con devoción.

Hazme, oh Jesús, amor mío y mi vida, obediente sin contradicción, pobre sin rebajamiento, casto sin corrupción, paciente sin murmuración, humilde sin ficción, alegre sin disipación, maduro sin pesadumbre, diligente sin inconstancia, temeroso de ti sin desesperación, veraz sin doblez. Haz que practique el bien sin presunción, que corrija al prójimo sin soberbia, que le edifique con palabras y obras sin fingimientos.

Dame, oh Señor Dios mío, un corazón vigilante que por ningún pensamiento curioso se aparte de ti. Dame un corazón noble que por ninguna intención siniestra se desvíe. Dame un corazón firme que por ninguna tribulación se quebrante. Dame un corazón libre que ninguna pasión violenta le domine.

Otórgame, oh Señor Dios mío, entendimiento que te conozca, diligencia que te busque, sabiduría que te halle, comportamiento que te agrade, perseverancia que confiadamente te espere y esperanza que, finalmente, te abrace. Dame que me aflija aquí con tus penas por la penitencia, que en el camino de mi vida use de tus beneficios por gracia y en la patria goce de tus alegrías por gloria.

Señor, que vives y reinas, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Oración para antes de estudiar

Yo, como supongo que casi todos, había oído hablar de Sto. Tomás de Aquino. Gran teólogo, doctor de la Iglesia, había escrito la Summa Teológica, etc. No sé por qué, me caía bastante mal. Hace unos pocos años descubrí que el famoso Tantum Ergo era suyo. En el blog de William Briggs hay una sección semanal de su Summa contra los gentiles. Tras leer un par de capítulos allí, decidí comprármelo y ahora lo leo muchas mañanas cuando tengo un rato. No lo entiendo mucho, pero sí que aprecio la finura y la precisión de su pensamiento. Después encontré algunas oraciones suyas en el devocionario de mi abuelo. Y quedé encantado con ellas.

La de hoy es una oración para antes de estudiar. Fijaos en el segundo párrafo, cómo considera que la ignorancia es una tiniebla a la altura del pecado. Es el entendimiento lo que nos hace hombres y cercanos a Dios y si no buscamos agrandar nuestro intelecto (que no es lo mismo que volvernos intelectuales) no nos acercamos a Dios.

Y en el cuarto párrafo disecciona maravillosamente el proceso de estudiar y pide a Dios lo necesario para avanzar en cada necesidad del estudio.

He visto varias traducciones algo diferentes del original latín. La que escribo aquí es la del devocionario (que es la que más me gusta), con algún retoque. También os añado el original en latín. Cuando no me ahogan las prisas, lo rezo antes de ponerme a hacer algo que requiera pensar.

Oración para antes de estudiar

Sto. Tomás de Aquino

¡Oh, inefable Creador nuestro, que con los tesoros de tu sabiduría formaste tres jerarquías de ángeles y las colocaste con orden admirable en el empíreo cielo y distribuiste las partes de todo el universo con suma elegancia!

Tú, Señor, que eres la verdadera fuente de luz y de sabiduría y el soberano principio de todo, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento el rayo de tu claridad, eliminando de mí las dos clases de tinieblas en que he nacido: el pecado y la ignorancia.

Tú, que haces elocuentes las lenguas de los infantes, instruye mi lengua y difunde en mis labios la gracia de tu bendición.

Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y abundancia para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar.

¡Oh, Señor, que vives y reinas, verdadero Dios y hombre, por los siglos de los siglos. Amén.


Original en latín:

Creator ineffábilis, qui, de thesáuris sapiéntiae tuae, tres Angelórum hierarchias designasti, et eas super caelum empyreum miro órdine collocasti, atque univèrsi partes elegantissime disposuisti:

Tu, inquam, qui verus fons lúminis et sapiéntiae diceris atque superéminens principium, infundere dignéris super intelléctus mei ténebras tuae radium claritátis, dúplices, in quibus natus sum, a me rémovens ténebras: peccátum scilicet et ignorántiam.

Tu, qui linguas infàntium facis disértas, linguam meam erùdias, atque in làbiis meis gràtiam tuae benedictiónis infùndas.

Da mihi intellegéndi acumen, retinéndi capacitàtem, addiscéndi modum et facilitàtem, interpretàndi subtilitàtem, loquéndi gràtiam copiósam. Ingréssum instruas, progréssum dirigas, egréssum cómpleas:

Tu, qui es verus Deus et homo, qui vivis et regnas in saècula saeculórum.  Amen.