domingo, 6 de octubre de 2019

Yo, pecador (Confiteor)

El camino de perfección de S. Juan de la Cruz contemplaba tres pasos: la vía purgativa, en donde nos liberamos de nuestros vicios y de todo aquello que nos lastra a tierra; la vía iluminativa, en la que vamos adquiriendo la sabiduría que nos lleva a Dios, y la vía unitiva, en la que nos unimos a Dios. Estas mismas tres fases están en la misa: empezamos con la vía purgativa, reconociendo nuestros pecados y pidiendo perdón por ellos, seguimos con la vía iluminativa, escuchando la palabra de Dios y el sermón del sacerdote, y acabamos con la vía unitiva de la comunión.

La oración principal de la vía purgativa es el Yo, pecador, o Confiteor. Esta oración, a diferencia del Credo o del Gloria, sufrió un cambio en la renovación de la misa de 1970. Antes se rezaba 3 veces: una vez el sacerdote sólo, a continuación lo rezaba todo el pueblo, y se volvía a rezar al final, justo antes de comulgar. Entiendo la lógica de esta reducción en repeticiones –aunque rezarlo justo antes de comulgar me parece muy bonito–. Lo que no entiendo es que se redujera el texto. No creo que sea por acortar 10 segundos la misa. En la versión tradicional se confesaba nuestra condición de pecador ante Dios, la Virgen, S. Miguel, S. Juan Bautista, los apóstoles (con S. Pedro y S. Pablo a la cabeza), a todos los santos y los fieles hermanos, y después se pedía la intercesión uno a uno de todos ellos. Ahora se confiesa sólo ante Dios y los hermanos y se pide la intercesión de la Virgen. Yo creo que confesar ante los santos es una prueba de humildad y pedir su intercesión es entrar más en la Comunión de los Santos.  Lamento la pérdida. Cuando lo rezo para mí, lo hago en la versión tradicional (y en latín, que me gusta más).

Os presento aquí esta oración, tanto en la versión actual como en la tradicional, en español y en latín.


Yo, pecador (versión actual)
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros hermanos
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso, ruego a Sta. María siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos, y a vosotros hermanos
que intercedáis por mí
ante Dios nuestro Señor. Amén.

Confiteor (versión actual)
Confiteor Deo omnipotenti,
et vobis, fratres,
quia peccavi nimis
cogiatione, verbo et opere.
Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.
Ideo precor beatam Maria semper Virginem,
omnes angelos et sanctos et vos, fratres,
orare pro me ad Dominum, Deum nostrum. Amen.


Yo, pecador (versión tradicional)
Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso,
a la bienaventurada siempre Virgen María,
al bienaventurado S. Miguel Arcángel,
al bienaventurado S. Juan Bautista,
a los santos Apóstoles S. Pedro y S. Pablo,
a todos los santos y a vos, Padre,
que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por tanto ruego a la bienaventurada siempre Virgen María,
al bienaventurado S. Juan Bautista,
a los santos Apóstoles S. Pedro y S. Pablo,
a todos los santos y a vosotros hermanos,
que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.

Confiteor (versión tradicional)
Confiteor Deo omnipotenti,
beatæ Maria, semper Virgine,
beato Michaeli Archangelo, beato Ioanni Baptistæ,
sanctis apóstolis Petro et Paulo, 
ómnibus Sanctis, et vobis fratres 
quia peccavi nimis
cogiatione, verbo et opere.
Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.
Ideo precor beatam Maria semper Virginem,
beatum Michaelem Archangelum, beatum Ioannem Baptistam,
sanctos Apóstolos Petrum et Paulum,
omnes Sanctos, et vos fratres,
orare pro me ad Dominum, Deum nostrum. Amen.