domingo, 26 de marzo de 2017

Credo niceno-constantinopolitano

Hay dos credos que se usan en misa. El de uso más habitual, al menos aquí en Mallorca, es el Credo de los Apóstoles. El otro, que es el que me enseñaron de niño, es le Credo Niceno-Constantinopolitano.  Por lo que yo he mirado, éste es el que debería usarse en misa salvo excepciones, pero como he dicho, en Mallorca lo excepcional es que se rece.

El credo de los Apóstoles es más prosaico. Va al grano: creo en A, B, C D. El niceno es mucho más poético y bello. Por ejemplo cada domingo hecho de menos frases "Dios de Dios, luz de luz","Y su reino no tendrá fin" o "Señor y dador de vida".

El credo Niceno-Constatinopolitano fue escrito en el concilio de Nicea, en el año 325, y completado en el de Constantinopla, en el año 381. Aún se retocó alguna cosa, como la claúsula filioque de la que hablaremos más adelante, probablemente en el III Concilio de Toledo en el 589.

En el concilio de Nicea se debatió y consideró herejía el arrianismo: la idea de que Jesucristo no era Dios. De ahí se entiende que en el credo se cargara la parte donde se declara que Jesucristo es hijo único de Dios: "Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre."

Hay una frase del Credo Niceno que ha sido muy controvertida. Al hablar del Espíritu Santo dice "que procede del Padre y del Hijo" en latín "qui ex Patre Filioque procedit" ("filioque" quiere decir "y del hijo"). Los ortodoxos no aceptaban que el Espíritu Santo procediera del Hijo y esta es una de las causas del cisma con la Iglesia Ortodoxa.  Por suerte ya no se considera una causa de separación (parece que la única que queda es la primacía del Papa), pero en las Iglesias Ortodoxas y las Católico-ortodoxas aún no se dice el "filioque" en el credo. En el credo de los Apóstoles sólo se dice "Creo en el Espíritu Santo". Ya os dije que era muy prosaico.

Os dejo con el Credo Niceno-Constantinopolitano en español, en latín y con la versión cantada más conocida: la de la Missa de Angelis (en latín)

Credo niceno-Constantinopolitano

Creo en un solo Dios Padre todopoderoso,
creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creo en un sólo Señor Jesucristo
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos.
Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero.
Engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre
por quien todo fue hecho.
Que por nosotros los hombre y por nuestra salvación
bajó de los cielos y, por obra del Espíritu Santo,
se encarnó de la Virgen María y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato.
Padeció y fue sepultado.
Y al tercer día resucitó de entre los muertos, según las Escrituras,
y subió al cielo.
Está sentado a la derecha del Padre
y de nuevo vendrá con gloria a juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que junto con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado,
y que habló por lo profetas.

Creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero en la resurrección de los muertos
y en la vida del mundo futuro.
Amén.

Credo

Credo in unum Deum,
Patrem omnipotentem,
factorem caeli et terrae,
visibilium omnium et invisibilium.

Et in unum Dominum Iesum Christum,
Filium Dei unigenitum,
et ex Patre natum, ante omnia saecula.
Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero.
Genitum, non factum, consubstantialem Patri
per quem omnia facta sunt.
Qui propter nos homines et propter nostram salutem
descendit de caelis.
Et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine,
et homo factus est.
Crucifixus etiam pro nobis,
sub Pontio Pilato passus et sepultus est.
Et resurrexit tertia die, secundum Scripturas.
Et ascendit in caelum,
sedet ad dexteram Patris.
Et iterum venturus est cum gloria iudicare vivos et mortuos:
cuius regni non erit finis.

Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem.
Qui ex Patri Filioque procedit,
qui cum Patri et Filio simul adoratur et conglorificatur;
qui locutus est per prophetas.

Et unam sanctam catholicam et apostolicam Ecclesiam.
Confiteor unum baptisma in remissionem pecatorum.
Et expecto resurrectionem mortuorum,
Et vitam venturi saeculi.
Amen.

De la Missa de Angelis



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