viernes, 29 de septiembre de 2017

Coronilla de San Miguel

Hoy es el día de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Y hoy hace un año que descubrí la coronilla de San Miguel, que he rezado semanalmente (o así). Esta coronilla, también llamada Rosario de los ángeles, es de mediados del S. XVIII y cuentan que fue a resultas de una aparición de S. Miguel a la monja portuguesa Sierva de Dios Antonia de Astónac. Un siglo después el Papa Pío IX concedió indulgencias parciales a los que lo rezaren.

No sé si la aparición fue real o no, en todo caso es una oración que me gusta rezar. Se pide 9 veces la intercesión de S. Miguel, cada vez con el apoyo de uno de los nueves coros celestiales: Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Potestades, Virtudes, Principados, Ángeles y Arcángeles. Cada petición es para un favor concreto: obtener la caridad perfecta, la perfección cristiana, humildad, obediencia etc.  Todas esas cosas que tanta falta me hacen. Quizá por eso me gusta rezarla. Tras cada petición se reza un Padrenuestro y tres Avemarías.

Se asegura que los que rezan asiduamente y con devoción esta coronilla tendrán la protección de S. Miguel. En particular, el arcángel Miguel prometió a quien rece la coronilla:
  • Enviar un ángel escogido de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la comunión.
  • Y a quienes reciten estas nueve salutaciones todos los días les asegura que disfrutarán de su asistencia continua durante esta vida y también después de la muerte. Serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.

Coronilla de San Miguel

V./ Oh Dios, Ven en mi ayuda.
R./ Señor, apresúrate en socorrerme.
Gloria al Padre, etc…
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas, y así recibir dignamente en nuestros corazones el fuego de la Caridad perfecta. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Querubines, Que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del pecado y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Tronos, que Dios Nuestro Señor derrame en nuestros corazones el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor nos conceda la Gracia de controlar nuestros sentidos y así dominar nuestras pasiones. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras almas contra las asechanzas del demonio. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro de las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos libre de todo mal y no nos deje Caer en la tentación. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Principados, que Dios Nuestro Señor se libre llenar nuestras almas con el verdadero espíritu de la obediencia. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la Gracia de perseverancia final de la Fe y en las Buenas obras y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
  • Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la Gracia de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal y que nos guíen a la Gloria Eterna. Amén.  Un Padrenuestro y tres Avemarías.
A San Miguel Arcángel.  Padrenuestro.
A San Gabriel.  Padrenuestro.
A San Rafael.  Padrenuestro.
Al Ángel de la Guarda.  Padrenuestro.

Oh Glorioso Príncipe, San Miguel, Jefe Principal de la Milicia celestial: Guardián fidelísimo de las almas: Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes; fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino, sois nuestro admirable Guía y Conductor.  Vos que brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, libradnos de todo mal.  Con plena confianza recurrimos a vos.  Asistidnos con vuestra afable protección; para que seamos más y más fieles al servicio de Dios, todos los días de nuestra vida.
V./ Rogad por nosotros, oh glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R./ Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

Oremos. Omnipotente y Eterno Dios, os adoramos y bendecimos. En vuestra maravillosa Bondad, y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, habéis escogido al glorioso Arcángel, San Miguel, como Príncipe de vuestra Iglesia. Humildemente os suplicamos, Padre celestial, que nos liberéis de nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitáis que ningún espíritu maligno se nos acerque, para perjudicar nuestras almas. Oh Dios y Señor nuestro, guiadnos por medio de este mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca a la Presencia de vuestra Excelsa y Divina Majestad. Os lo pedimos por los méritos de Jesucristo Nuestro Señor.  Amén




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