Esta oración poema es un himno que se reza durante la cuaresma, en las vísperas. Siempre me ha movido, me ha resonado en el alma por su sinceridad. Tenía claro que la persona que había escrito esto sabía de honores, laureles y nobleza. Pero hasta hoy no había investigado su origen.
Descubrí que había sido escrito por Cristina de Arteaga, sor Cristina de la Cruz. ¿Escrito por una monja? No puede ser, no encajaba. Hasta que leí algo de su vida. Fue hija del Marqués de Santillana y de la Condesa de Santiago. Luego sí que sabía de nobleza y blasones. También sabía de laureles: le dieron la Gran Cruz de Alfonso XII por su brillante expediente y fue la primera mujer en España que se doctoró en Historia.
Tenía una vida de gloria y honores civiles y académicos por delante, pero se metió monja en 1934, durante la Segunda República, cuando quemaban iglesias y conventos. Este poema claramente le salió muy de dentro. Y se nota.
Coronas
Sor Cristina de la Cruz Arteaga
¿Para qué los timbres de sangre y nobleza?
Nunca los blasones
fueron lenitivo para la tristeza
de nuestras pasiones.
¡No me des coronas, Señor, de grandeza!
¿Altivez? ¿Honores? Torres ilusorias
que el tiempo derrumba.
Es coronamiento de todas las glorias
un rincón de tumba.
¡No me des siquiera coronas mortuorias!
No pido el laurel que nimba el talento,
ni las voluptuosas
guirnaldas de lujo y alborozamiento.
¡Ni mirtos ni rosas!
¡No me des coronas que se lleva el viento!
Yo quiero la joya de penas divinas
que rasga las sienes.
Es para las almas que Tú predestinas.
Sólo Tú la tienes.
¡Si me das coronas, dámelas de espinas!
Amén
OLÉ!!! La única joya que ha existido en la tierra. La Corona de Espinas de Nuestra Señor Jesucristo. ♥️✝️🇪🇦
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