Hoy, 4 de octubre, celebramos a San Francisco de Asís. Hay dos oraciones muy conocidas, una es el Cántico de las criaturas, compuesta un año o dos antes de su muerte. La otra es la conocida como Oración franciscana por la paz u Oración de San Francisco… que no es suya: es anónima y fue compuesta a principios del S.XX. Aparece por primera vez en 1912 en una revista católica francesa. La temática y el estilo sí que se parecen mucho a otras oraciones y escritos de S. Francisco. Parece ser que alguien la puso en el reverso de una estampa del santo y a partir de ahí se creyó que la compuso él. Los franciscanos no se la atribuyen, pero la presentan en su Directorio franciscano como Oración franciscana por la paz. La versión que publico aparece en la novela gráfica de José Luis Cortés, Francisco, el buenagente.
Oración de San Francisco
Anónimo, erróneamente atribuido a S. Francisco de Asís
Haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga perdón;
donde haya discordia, ponga unión;
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga confianza;
donde haya desesperación, ponga esperanza;
donde haya tinieblas, ponga luz
y donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Haz, en fin, Señor,
que no me empeñe tanto
en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque dando es como se recibe,
olvidando es como se encuentra,
perdonando se es perdonado
y muriendo se resucita a la vida que no conoce fin.